16 de abril de 2025

Ian McKellen rechazó ser Dumbledore en Harry Potter debido a las críticas que recibió por Richard Harris

Ian McKellen y Richard Harris.

En el mundo del cine fantástico, pocos nombres resuenan con tanta fuerza como el de Sir Ian McKellen. Reconocido mundialmente por su impecable interpretación de Gandalf en El Señor de los Anillos, McKellen ha sido una figura clave en la construcción del imaginario épico de toda una generación. Sin embargo, pocos saben que también pudo haber formado parte del universo de Harry Potter, interpretando a otro mago legendario: Albus Dumbledore. ¿Por qué no lo hizo? La respuesta tiene más que ver con la integridad personal que con el arte dramático, y dice mucho del respeto y la ética profesional de uno de los actores más venerados de nuestro tiempo. Ian McKellen rechazó ser Dumbledore en Harry Potter debido a las críticas que recibió por Richard Harris.

Tras la muerte de Richard Harris en 2002, quien dio vida a Dumbledore en las dos primeras películas de la saga de J.K. Rowling, los productores de Harry Potter se encontraron ante la difícil tarea de encontrar un reemplazo a la altura del personaje. McKellen, con su larga trayectoria en el teatro y su prestigio en el cine, era sin duda una opción evidente. Y sin embargo, él mismo decidió rechazar el papel. No por falta de interés, talento o tiempo, sino por un gesto de principios.

Weta Workshop – La Comunidad del Anillo | Figura de Gandalf, el Gris

McKellen rechazó ser Albus Dumbledore en Harry Potter debido a las duras críticas que recibió por parte de Harris

Según se sabe, Richard Harris había sido muy crítico con McKellen durante su vida. En varias entrevistas, el veterano actor llegó a calificar a McKellen, junto a Derek Jacobi y Kenneth Branagh, como actores “técnicamente brillantes pero sin alma”. Estas palabras, aunque lanzadas desde la opinión personal, no cayeron en saco roto. Cuando los productores se acercaron a McKellen para ofrecerle el papel de Dumbledore, él simplemente respondió:

“No podía interpretar a alguien que no me aprobaba”

La decisión de McKellen fue profundamente significativa. En un entorno donde el ego, la ambición y el dinero suelen imponerse a la ética personal, él optó por mantenerse fiel a un principio básico: el respeto, incluso hacia quienes lo cuestionaron. Para muchos, interpretar a Dumbledore habría sido una oportunidad de oro. Para él, era una línea que no estaba dispuesto a cruzar.

Este gesto, lejos de mostrar debilidad, reveló una fortaleza poco común en la industria cinematográfica. McKellen no necesitaba demostrar nada. Ya había inmortalizado a Gandalf, había conquistado el teatro británico y era miembro de la Orden del Imperio. Asumir un papel que otro actor —uno que lo había descalificado públicamente— había construido, le habría parecido poco ético, incluso irrespetuoso.

El Señor de los Anillos, ilustrado por Tolkien – JRR Tolkien

Finalmente, el papel de Dumbledore recayó en el también notable Michael Gambon, quien logró imprimirle al personaje un carácter distinto al de Harris, pero igualmente poderoso. No fue una sustitución, sino una nueva interpretación. Y aunque muchos fans se preguntan qué habría pasado si McKellen hubiese aceptado, la mayoría reconoce que su decisión fue tan sabia como la de cualquier mago que haya interpretado.

La comparación entre Gandalf y Dumbledore

Dos magos viejos, sabios, carismáticos y determinantes en el destino de sus respectivos mundos. Ambos, además, son figuras tutelares que guían a los protagonistas en su camino hacia la madurez, el sacrificio y la lucha contra el mal. Sin embargo, más allá del parecido de sus túnicas y barbas, Gandalf y Dumbledore son personajes muy distintos, con motivaciones, historias y universos separados.

Quizás por eso McKellen también sintió que no debía invadir el terreno de otro personaje emblemático. Ya había entregado al mundo a uno de los mejores magos de la historia del cine. ¿Para qué desdibujar su legado fusionándolo con otro? Al rechazar a Dumbledore, Ian McKellen protegía también la identidad de Gandalf, su Gandalf, el que enfrentó al Balrog, resistió la tentación del anillo y cabalgó por la luz entre las sombras.

En última instancia, este episodio nos recuerda que las decisiones que marcan una carrera no siempre tienen que ver con aceptar grandes papeles, sino también con saber decir “no” cuando es necesario. En una época donde la sobreexposición mediática y la cultura del “sí” parecen dominar, McKellen eligió un camino más silencioso pero más noble.

Hoy, más de dos décadas después, tanto Harry Potter como El Señor de los Anillos siguen siendo referencias culturales y cinematográficas imprescindibles. Y tanto Dumbledore como Gandalf siguen ocupando lugares de honor en la memoria colectiva. Uno fue interpretado por dos grandes actores; el otro, por un solo hombre cuya decisión de no repetir el rol del mentor mágico en otra franquicia, terminó por consolidar aún más su leyenda.

Sir Ian McKellen no necesitó ser Dumbledore para seguir siendo uno de los grandes. Bastó con que fuera fiel a sí mismo. Y eso, en el mundo del espectáculo, es tan raro como la magia misma.

Deja un comentario