El tan esperado regreso a la Tierra Media con la precuela animada «La guerra de los Rohirrim» ha dejado a muchos con un sabor amargo. Dirigida por el aclamado Kenji Kamiyama, conocido por su trabajo en «Ghost in the Shell: Stand Alone Complex», y producida bajo la batuta de Peter Jackson, esta película prometía ser un hit de taquilla, especialmente en un momento donde tanto el anime como la franquicia de «El Señor de los Anillos» están en su punto álgido de popularidad.
Sin embargo, las expectativas no se han cumplido. La película ha tenido un debut decepcionante en los mercados internacionales, recaudando solo unos escasos 2 millones de dólares en sus primeros 31 mercados. Las esperanzas de Warner Bros. de revertir esta tendencia con el estreno en Estados Unidos también se desvanecieron, acumulando tan solo 4,6 millones de dólares a nivel nacional.
Funko de Helm Hammerhand, La Guerra de los Rohirrim
En términos de recepción crítica, «La guerra de los Rohirrim» ha establecido un nuevo récord negativo para la franquicia en Rotten Tomatoes, con un escaso 51% de críticas positivas, superando la anterior película menos valorada, «El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos», que tenía un 59% de aprobación.
El presupuesto de la película, estimado en 30 millones de dólares, aunque modesto en comparación con las grandes producciones animadas de Hollywood, parece ahora un desafío para Warner Bros. en términos de recuperar la inversión. A pesar de este tropiezo financiero y crítico, hay un pequeño consuelo para el estudio: la producción de esta película asegura la retención de los derechos de la franquicia «El Señor de los Anillos» por un tiempo más, lo cual era uno de los objetivos principales del proyecto.
Mirando hacia el futuro, el estudio ya tiene en el horizonte otro proyecto relacionado con la saga, «The Hunt for Gollum», una película de acción real prevista para 2026. Con la esperanza de que esta nueva entrega pueda redimir la imagen de la franquicia y recuperar parte del encanto que hizo famoso al universo creado por J.R.R. Tolkien.
La debacle de «La guerra de los Rohirrim» es un recordatorio de que incluso con todos los ingredientes para el éxito, la recepción del público y la crítica puede ser impredecible, dejando a los Rohirrim, por ahora, en un campo de batalla donde la victoria no es evidente.