Primera impresión: la película resultó ser una sorpresa muy agradable, o será que la verdad yo fui a verla ya medio curada del espanto con todo lo demás que hemos visto. No creo que la forma en la que la publicitaron le haga mucha justicia. Algunas cosas a tener en cuenta para la película: la historia está basada en una trama que se narra en tres páginas de los Apéndices de El Señor de los Anillos y a la que se le tuvo que rellenar con toda clase de invenciones. En otras palabras, es un fanfic.
Va a ocurrir que las adaptaciones que lleguemos a ver, si acaso, de ciertos eventos en el legendarium de Tolkien caerán en esta categoría.
La enorme diferencia con la serie de Los Anillos de Poder es que La Guerra de los Rohirrim se trata de un fanfic BIEN HECHO
La otra cosa: para ver hasta dónde llega la película en su propósito de narrar un pedazo de la historia de la Tierra Media hay que tener en cuenta algo importantísimo: Los Rohirrim NO eran la buena onda. Eran un pueblo de armas tomar, valiente a la temeridad, muy generoso… (con sus aliados, claro), pero NO ERAN LA BUENA ONDA. En las películas de Jackson nos faltó ver el momento en que aprenden una lección de humildad de un pueblo al que han oprimido por años. Ok, y para los Rohirrim, el rey Helm es un héroe. Ya más o menos verán para dónde vamos.
La película se centra en un personaje que en los libros no tiene siquiera nombre y que apenas es mencionada, y que aquí bautizaron como Héra, la hija del rey Helm. (Sobre los nombres de los personajes originales les platico más adelante). A Héra le toca presenciar los acontecimientos que llevaron a la extinción a la primera línea de soberanos de Rohan, y le dan un papel más activo en ellos, y creo que está bien. La pintan con un carácter adecuado para ser protagonista, justo porque no está en medio de todo.
La historia de Helm no es una de hazañas, ni de grandes proezas, ni de héroes siquiera. Es una TRAGEDIA y trata de qué pasa cuando las consecuencias de tus actos golpean a lo que más amas, y quién se hace cargo y las asume después de que todo se sale de control. Helm es el centro de esta tragedía así que claro que conviene que el protagónico de la trama lo tenga ALGUIEN MÁS.
¿Y por qué la hija? Bueno, ya nos lo esperaríamos si detrás de la historia y el guión hay dos mujeres: Philippa Boyens y su hija Phoebe Gittins, colaboradoras ambas de Peter Jackson.
Nota: Les voy a decir la verdad: cuando me pusieron una protagonista pelirroja y en los créditos a Boyens, inmediatamente me puse en guardia. Porque ya me esperaba otro auto-inserto como Tauriel. Y resulta que no fue así, y creo que eso se lo debemos a Japón.
Pues Héra, a diferencia de Tauriel, tiene de Mary Sue lo que yo de modelo erótica sueca, que les aseguro que es entre poco y NADA. Tampoco es una girlboss; es una tomboy, y de ésas sobran en las historias. Si nos basta ver a una mujer activa en un papel protagónico para gritar «feminismo tóxico», «woke» y similares, hay que revisar un poquito dónde estamos parados.
Pues bueno; la historia narra el incidente ocurrido entre el rey de Rohan, Helm, y uno de sus vasallos medio rebelde, y de cómo lo que debió haberse mantenido como un problema más o menos pequeño escaló de una manera imprevista. Como es una historia de HUMANOS, no podemos hablar claramente de bandos «buenos» y «malos» (eso no lo dije yo; lo dijo Tolkien) y nadie se enfrenta a un mal supremo. No es un conflicto que cambie al mundo, pero sí uno que va a causar sufrimiento y a costar vidas, más que nada de gente que no tuvo nada que ver.
Visualmente la película es MUY BONITA, los paisajes son preciosos y sí vale la pena de verse en cine. Me gustaron muchísimo los diseños de los personajes; si bien todavía beben mucho de las películas de Jackson y eso para mí es un problema (insisto que nos urge alejarnos de Jackson tanto en lo estético como en lo narrativo), creo que han dado dos pasitos de bebé hacia la dirección adecuada.
La música me funcionó con la película, pero no se terminó de quedar conmigo. Me hizo falta un leitmotif claro, y el único que me pasaron fue el de Howard Shore y éste pesó sobre lo demás. (Me hubiera gustado que una de las Yoko, Kanno o Shimomura, se encargara del soundtrack).
Vamos ahora con la animación. He leído muchas críticas al respecto, y bueno, es verdad que a la animación se le notan las costuras. Como SUELE pasar con la animación japonesa. Pero igual les comparto un poco de lo que he aprendido sobre este tema con los años.
En México estamos súper acostumbrados a la animación japonesa porque la consumimos prácticamente desde principios de los años setenta. Tuvimos un productor que nos trajo toda clase de series y películas y las distribuía. Una de ellas, la primera de Doraemon, incluso se llegó a presentar como una película MEXICANA en Televisa (sin comentarios).
Tomen ustedes una serie japonesa común y corriente, véanla con el volumen bajo y se van a sorprender de CUÁNTOS MINUTOS hay sin ANIMAR. Cuánto se consume en paneos o en figuras fijas. Pero si vemos el producto en conjunto, música, diálogos y todo, NO SE SIENTE. Porque la animación japonesa construye TENSIÓN con la historia y personajes.
Y en esto justo, los personajes, es donde los japoneses BRILLAN. Y eso no lo dije yo, sino mi buen Robert McKee, mi bibliografía de la escuela, que en su tiempo consideraba a la animación un GÉNERO.
Vamos con Héra. No es en absoluto una Mary Sue, ni tampoco una girlboss, ni mucho menos una copia de Éowyn. De hecho está en una situación completamente distinta a la de Éowyn: nadie le impide hacer lo que quiere, nadie la está acosando sexualmente y se nota que es alguien acostumbrado a hacer lo que le gusta sin que nadie le ponga peros.
El rey Helm de la película parece seguir la vieja tradición de los príncipes de los Noldor con sus hijas marimachas apenas distinguibles de los chicos, y suponemos que todo va bien con eso.
Si acaso, a quien vemos es una posición incómoda igual que a Éowyn es al hermano mediano, Háma, que parece tener una naturaleza distinta a la que se espera de un jinete de Rohan y que empuña mejor un instrumento musical que un arma.
Héra no tiene necesidad de encerrarse en su cuarto en la noche a mentarle la madre a todo el mundo, como Gandalf supone que haría Éowyn, demasiado educada para decir palabrotas. Y su papá no la reprime ni nada de eso; busca protegerla y a lo mejor se le pasa la mano.
Fréaláf es un personaje bastante secundario (igualito que en la historia original) que aquí consigue dar el último golpe (como en la historia original, vaya). El relleno que se le pone a los personajes que son nombrados en el texto original no contradice lo que sabemos del canon.
Creo que la mayor virtud de WotR es haber sabido equilibrar los elementos canónicos con los elementos originales, y esto se respira en el resultado: una historia sencilla en su construcción que no contradice ni trata de corregir lo que ya sabemos de la obra de Tolkien.
He visto muchas quejas sobre eso de una tradición de doncellas guerreras en Rohan como un invento de la película; ahorita les cuento de dónde salió. En los Apéndices tenemos una línea que habla de que Rohan recuerda a sus valientes hombres y MUJERES que pelearon cuando debían y en La guerra del Anillo, volumen de la Historia de la Tierra Media, Tolkien hace decir a Éowyn que ella viene de una tradición de doncellas guerreras. Eso no se conservó en El Señor de los Anillos publicado. Podríamos asumir entonces (por el diálogo que el príncipe Imrahil sostiene con gente de Rohan) que a lo mejor hubo en efecto un tiempo donde las mujeres de ahí iban a la guerra pero la costumbre estaba más bien pasada de moda para finales de la Tercera Edad.
Héra es marimacha, pero no mandona; no es desagradable con la gente, ni busca hacer su santa voluntad, ni tampoco es infalible. Como personaje tiene crecimiento y en eso emula a las heroínas de muchos animes japoneses. Quisiera decir que es como las heroínas de Miyazaki pero la verdad no es así: ninguna heroína de Miyazaki llevaría a un pobre animal herido a una muerte espantosa con tal de deshacerse del problema (vean la película para saber de lo que estoy hablando).
Héra tiene que depender de otros, y lo hace incluso cuando parece que todo depende de ella. Lo contrario a una Mary Sue
El «villano» de la película, Wulf, sí es por su lado muy japonés. Para los fans del anime tiene un tipo reconocible: creo que el mismo director Kamiyama dijo que sería un villano de ésos a los que es difícil o hasta imposible odiar. Porque como les decía, el pleito en WotR es a pequeña escala, y entre iguales, por punto menos que un accidente, y en varios momentos uno u otro bando tienen oportunidad de parar las cosas.
¿Que Helm no pareciera ser tan heroico como nos da la idea de de alguien que le haya dado su nombre a una fortaleza famosa? Les tengo noticias: en la vida real así son las cosas. Y Tolkien lo deja bien claro. Para entender lo que ocurrió con Helm hay que checar su ensayo sobre la palabra en inglés antiguo «ofermod».
Lo que no me gustó de la movie: la aparición gratuita de bestias. Los mûmakil nada tenían que hacer ahí, ni tampoco los primos sureños del Guardián del Agua de Moria. Nos ponen un par de orquitos y un spoiler spoiler para justificar las spoiler que pasan en la movie, pero ya.
Me gustó la mayoría de los guiños a los fans (del libro y de Jackson), me gustaron los cameos (a uno cuando menos no le hubiera atinado). No me gustó que algunos fueran demasiado obvios.
Y con lo que tengo broncas de verdad… broncas en serio… LOS NOMBRES
Si en esta movie contaron con David Salo para asesorar en las traducciones al inglés antiguo, ¿no hubiera estado lindo pedirle que sugiriera algunos nombres más apropiados para los OCs?
Olwyn me cayó súper bien, pero la combinación «lwy» es celta, no anglosajona.
El nombre del general Targg (WTF) competiría con el de Alfrid Lickspittle por el premio Rowling de nomenclatura.
Se supone que a Héra le pusieron así por esta señorita que trabajó con Boyens y Gittins en la movie de Jackson «Máquinas Mortales». Ok, justificación. Ahora imagínense ustedes en la Tierra Media con su nombre de la saga realidad. Así de ridículo suena.
Y mejor me callo porque tengo una objeción por CASI cada OC que aparece en War of the Rohirrim.
Pero dejando esto de lado, WotR me parece un trabajazo de adaptación; una historia para amantes de la Tierra Media que a su vez muestra amor y respeto por el material original.
Según he visto a la movie le está yendo como en feria en los cines, y no creo sinceramente que la tendencia se revierta. Hay gente que todavía piensa que la animación es «inferior» a las películas de live action, que creen que sólo produce material apto para niños (atención WotR es para adolescentes y adultos) o que se recurre a ella cuando no se cuenta con suficiente presupuesto. Patrañas. Si nos animamos a dejar esas ideas del lado, es una experiencia maravillosa sobre todo en cine, y algo muy destacable es que la movie se puede entender sin conocimientos previos de los libros o las películas de Jackson (déjenme les cuento de manera gratuita que lo mismo ocurre con algunas adaptaciones teatrales de Tolkien).
Tres páginas de material original se convirtieron en esto. Porque no se trata de cuanto más tanto de la obra original de Tolkien podemos utilizar: nada le gana a una buena historia bien contada por gente que de hecho sabe ESCRIBIR. Y con La Guerra de los Rohirrim tenemos justo eso, que fue lo nos quedó a deber con Los Anillos de Poder.