Es innegable que la serie de Amazon titulada Los Anillos de Poder ha generado una significativa controversia en el universo literario de Tolkien. De hecho, ha provocado una fractura profunda en la Tierra Media, no propiciada por la sempiterna lucha entre la oscuridad y la luz, sino por una disyuntiva entre los partidarios de una interpretación contemporánea, denominados woke, y los defensores del canon original.
Las facciones en disputa se delinean con claridad meridiana y se distinguen con precisión. La Agenda Woke y sus adeptos consideran Los Anillos de Poder como una obra de culto, meticulosamente diseñada, que se integra armoniosamente en el vasto Universo Tolkien. Por contrapartida, los llamados conservadores perciben la representación de Amazon como una afrenta al legado de la Tierra Media y al canon establecido por el autor.
Entre las numerosas críticas de los conservadores, se mencionan la falta de rigor, la incoherencia flagrante con la historia previamente delineada en libros y películas, la inclusión forzada e innecesaria de elementos, así como tramas y personajes carentes de profundidad y substancia.
En la época actual, sería impensable representar una Comunidad del Anillo integrada exclusivamente por hombres blancos
Sería completamente incongruente con los preceptos de la Agenda Woke el presentar en pantalla a los nueve Nazgûl, incluso si estuviesen envueltos en capas de oscuridad que ocultaran su género, y especificar que son reyes y no reinas.
Imaginen, por un momento, el escenario de producir una película de El Señor de los Anillos en el año 2024, con un Concilio de Elrond conformado exclusivamente por individuos blancos, de origen caucásico, dotados de valentía, protagonismo, atractivo físico, delgadez y abiertamente heterosexuales. Desafortunadamente, esta concepción resultaría inaceptable, tildada deliberadamente de racista, machista y homofóbica.
Afortunadamente, tenemos la fortuna de disfrutar las sobresalientes películas de Peter Jackson, donde la representación del mundo tolkieniano se llevó a cabo con maestría y respeto por el material original.
La Agenda Woke ha logrado su cometido último, que consiste en dividir a un fandom que, hasta hace poco, disfrutaba de una cohesión y armonía notables. Ha penetrado en el Universo Tolkien con la intención de imponer sus ideologías modernas y progresistas, marginando cualquier disidencia de pensamiento.
Los conservadores de la comunidad tolkieniana son vilipendiados constantemente con epítetos como retrógrados, racistas, machistas y fascistas, con el objetivo de desacreditar todo lo que J.R.R. Tolkien creó y transformarlo según los preceptos del progresismo.
Es posible constatar la manifestación del enfrentamiento en cualquier espacio virtual donde se aborden temas relacionados con El Señor de los Anillos. Lo que en el pasado eran debates sobre los libros, películas, personajes y tramas, ahora se han convertido en discusiones sobre racismo, feminismo y la fidelidad al canon. Incluso se llega a cuestionar la mentalidad del autor y su visión de época.
Es lamentable que una serie, más orientada ideológicamente que a respetar el canon establecido, haya inoculado el veneno de la ideología en una comunidad cultural. Hago un llamado a los seguidores conservadores y puristas de Tolkien para que no cedan ante una ideología cuyo objetivo es convertir la Tierra Media en otro espacio más para sus experimentos woke.