6 de julio de 2025

¿Por qué Saruman no le quitó el anillo Narya a Gandalf?

Gandalf y Saruman paseando por los jardines de Isengard en La Comunidad del Anillo.

La pregunta de por qué Saruman no despojó a Gandalf de su anillo, Narya, durante su cautiverio en Orthanc, plantea un enigma fascinante dentro del universo de El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien. Este interrogante lo plantea de una manera muy elocuente una página de Facebook llamada Tol Eressëa: Tolkien Y Su Literatura, en su post no solo invita a explorar las dinámicas entre los Istari, sino también a considerar las complejidades narrativas y cronológicas de la obra de Tolkien. En este artículo, analizaremos esta cuestión con un enfoque académico y riguroso, manteniendo fidelidad al canon de Tolkien, y ofreceremos tres posibles explicaciones internas dentro de la historia, además de reflexionar sobre las decisiones narrativas del autor. Este análisis busca esclarecer el misterio y profundizar en el contexto de la Tierra Media.

El Señor de los Anillos, ilustrado por Tolkien – JRR Tolkien

El contexto narrativo: Gandalf y Narya

Para abordar esta cuestión, es fundamental comprender el contexto en el que se desarrolla la relación entre Gandalf y Saruman, así como el papel de Narya, el Anillo del Fuego, en la narrativa de Tolkien. Según los textos del autor, Gandalf recibió Narya de Círdan el Constructor de Barcos al llegar a los Puertos Grises en la Tercera Edad, alrededor del año 1000. En Cuentos Inconclusos de Númenor y la Tierra Media, se relata cómo Círdan, reconociendo la misión de Gandalf de inspirar coraje y resistencia frente al mal, le confió el anillo con estas palabras: «Toma, porque grandes trabajos y peligros os aguardan, y por temor de que vuestra misión no sea excesiva y fatigosa, tomad este Anillo para ayuda y consuelo». Narya, uno de los Tres Anillos élficos, tenía el poder de preservar y sanar, así como de inspirar esperanza en los corazones, una habilidad que resultó crucial en la lucha contra Sauron.

Sin embargo, Saruman, el líder de los Istari, descubrió eventualmente que Gandalf poseía Narya, lo que despertó su resentimiento. En Cuentos Inconclusos, Tolkien señala que este descubrimiento fue «el principio de la animadversión oculta que experimentó por el Gris, que luego se hizo manifiesta». Esta rivalidad culmina en La Comunidad del Anillo, cuando Saruman traiciona a Gandalf y lo captura en Orthanc, la torre de Isengard, tras intentar convencerlo de unirse a su alianza con Sauron. Es en este momento de cautiverio donde surge la pregunta: si Saruman sabía de Narya, ¿por qué no se lo arrebató a Gandalf?

Explicación cronológica: la evolución de la narrativa de Tolkien

Antes de adentrarnos en explicaciones internas, es necesario considerar una perspectiva externa relacionada con la creación de El Señor de los Anillos. Tolkien comenzó a escribir las escenas de la traición de Saruman a principios de la década de 1940, pero no fue hasta 1948 que decidió explícitamente que Gandalf portaría uno de los Tres Anillos. El nombre «Narya» no aparece hasta 1954, en el ensayo Los Istari, y se incorporó al texto de El Retorno del Rey durante las pruebas de impresión de 1955. Por lo tanto, cuando Tolkien escribió el episodio de Orthanc, es probable que aún no hubiera concebido que Gandalf poseía Narya, lo que explicaría por qué Saruman no intenta arrebatárselo.

Weta Workshop – La Comunidad del Anillo | Figura de Gandalf, el Gris

Esta explicación cronológica, aunque válida desde un punto de vista histórico-literario, puede resultar insatisfactoria para los lectores que prefieren una interpretación interna dentro del universo de la Tierra Media. Suponiendo, entonces, que Saruman estaba al tanto de la posesión de Narya por parte de Gandalf, podemos explorar tres hipótesis narrativas que aborden esta omisión.

Primera hipótesis: una estrategia de persuasión

Una posible explicación es que Saruman, al capturar a Gandalf, no buscaba una ruptura definitiva con él, sino que intentaba persuadirlo para que se uniera a su causa. En La Comunidad del Anillo, Saruman propone a Gandalf una alianza con Sauron, argumentando que podrían controlar el poder del Señor Oscuro para sus propios fines. En este contexto, arrebatarle Narya a Gandalf habría sido un acto de hostilidad irrevocable, eliminando cualquier posibilidad de cooperación. Saruman, confiado en su capacidad de persuasión, pudo haber decidido retrasar la confiscación del anillo, esperando que Gandalf «reflexionara» y se uniera voluntariamente a sus planes. Si Gandalf cedía, Narya podría haber sido utilizada al servicio de Saruman, lo que habría sido más beneficioso que un enfrentamiento directo.

Segunda hipótesis: la inutilidad militar de Narya

Otra explicación radica en la naturaleza de Narya y en los objetivos de Saruman. Como líder de los Istari, Saruman poseía un profundo conocimiento de la «ciencia de los Anillos», y es probable que supiera que los Tres Anillos élficos no tenían un potencial militar directo. Narya, en particular, estaba diseñado para preservar, sanar e inspirar esperanza, poderes que no ofrecían una ventaja estratégica en un conflicto bélico contra Sauron. Saruman, cuya ambición se centraba en el poder y la dominación, no habría encontrado utilidad en un anillo que no podía emplearse como arma. En El Silmarillion, se describe que los Tres fueron creados para «sanar y preservar», no para la guerra, lo que podría explicar su desinterés.

Weta Workshop – El Retorno de El Rey | Figura de El Rey Brujo de Angmar sobre Bestia Alada

Sin embargo, esta hipótesis no aborda por qué Saruman no intentó al menos confiscar Narya para evitar que Gandalf lo utilizara en su contra. La capacidad de Narya para inspirar coraje podría haber sido una amenaza para los planes de Saruman, especialmente considerando el papel crucial de Gandalf en la resistencia contra Sauron. Esto nos lleva a una tercera posibilidad.

Tercera hipótesis: la imposibilidad de encontrar o tomar el anillo

Una tercera explicación se basa en las propiedades mágicas y secretas de los Tres Anillos. En La Comunidad del Anillo, durante el Concilio de Elrond y la estancia en Lothlórien, tanto Elrond como Galadriel afirman que no está permitido hablar de los Tres ni mostrarlos abiertamente. Frodo, como portador del Anillo Único, puede ver Nenya en la mano de Galadriel, pero Sam, que no porta ningún anillo de poder, no lo percibe. Esto sugiere que los Tres Anillos eran invisibles para quienes no estaban vinculados a ellos, lo que podría haber impedido a Saruman localizar Narya en Gandalf, incluso si lo hubiera intentado.

Además, al final de El Retorno del Rey, cuando los Tres pierden su poder tras la destrucción del Anillo Único, Elrond, Galadriel y Gandalf los muestran abiertamente, indicando que su magia ya no los protegía. Durante el cautiverio de Gandalf, sin embargo, Narya aún estaba activo, lo que podría haber hecho imposible para Saruman tomarlo o incluso detectarlo. Esta hipótesis, aunque especulativa, se alinea con las reglas internas del universo de Tolkien sobre los anillos de poder.

El legado de Tolkien

Ninguna de estas explicaciones es completamente concluyente, pero ofrecen perspectivas plausibles dentro del marco narrativo de Tolkien. La pregunta de ¿Por qué Saruman no le quitó el anillo Narya a Gandalf? no solo ilustra las complejidades de la relación entre los Istari, sino que también resalta la meticulosidad con la que Tolkien construyó su mundo. La rivalidad entre Saruman y Gandalf, alimentada por el resentimiento y las ambiciones divergentes, es un reflejo de los temas centrales de El Señor de los Anillos: la lucha entre el bien y el mal, y la corrupción del poder.

Estatua de Frodo y Gollum, El Señor de los Anillos – Prime 1 Studio | Edición Limitada

Por otro lado, este análisis nos recuerda la importancia de considerar el contexto creativo de Tolkien. Su obra, escrita a lo largo de décadas, evolucionó con el tiempo, y detalles como la posesión de Narya por parte de Gandalf se incorporaron tardíamente. Sin embargo, el hecho de que Tolkien no abordara explícitamente esta cuestión en el texto final no disminuye la riqueza de su narrativa, sino que invita a los lectores a explorar las múltiples capas de significado que caracterizan a la Tierra Media.

En conclusión, Saruman no le quitó Narya a Gandalf por una combinación de factores narrativos y cronológicos. Ya sea por una estrategia de persuasión, el desinterés en las propiedades de Narya, o la imposibilidad de tomarlo, este episodio subraya la profundidad del universo de Tolkien y el carácter de sus personajes. Para los estudiosos y aficionados, el ¿Por qué Saruman no le quitó el anillo Narya a Gandalf? sigue siendo un tema de debate que enriquece nuestra comprensión de El Señor de los Anillos y su legado perdurable.

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