Sauron, el Señor Oscuro ligado al destino de un anillo

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Sauron, conocido como el Señor Oscuro y dueño del Anillo Único, es uno de los personajes más emblemáticos y temidos en el universo de J.R.R. Tolkien. Su historia abarca desde los albores de Arda hasta el final de la Tercera Edad de la Tierra Media, mostrando una complejidad y una evolución que lo convierten en una figura central del legendarium de Tolkien.

Originalmente, Sauron era un Maia, uno de los espíritus menores creados por el Dios Eru Ilúvatar. En sus primeros días, era conocido como Mairon, que significa «el Admirable». Mairon servía al Vala Aulë, el Herrero, de quien aprendió mucho sobre la artesanía y la forja. Sin embargo, Mairon fue seducido por el deseo de orden y control, cualidades que lo llevaron a unirse a Melkor, el más poderoso de los Valar, quien se rebeló contra Ilúvatar y se convirtió en Morgoth, el primer Señor Oscuro. Al unirse a Morgoth, Mairon tomó el nombre de Sauron, que significa «el Aborrecido».

Durante la Primera Edad, Sauron fue el lugarteniente principal de Morgoth y desempeñó un papel crucial en la guerra contra los Elfos y los Hombres de Beleriand. Su poder y malicia se manifestaron en muchas formas, como la conquista de la isla de Tol Sirion, que rebautizó como Tol-in-Gaurhoth, la Isla de los Hombres Lobo. En este lugar, Sauron mostró su capacidad para cambiar de forma y su habilidad en la magia oscura. Capturó y torturó a varios personajes importantes, incluyendo a Beren y Finrod Felagund, hasta que fueron rescatados por Lúthien y Huan. Con la caída de Morgoth al final de la Primera Edad, Sauron evitó ser capturado y se escondió en las sombras, esperando su momento para volver al poder.

En la Segunda Edad, Sauron reapareció en la Tierra Media y comenzó a consolidar su poder de nuevo. Inicialmente, se presentó como Annatar, el Señor de los Dones, ganándose la confianza de los Elfos de Eregion, liderados por Celebrimbor. Bajo su guía, los Elfos forjaron los Anillos de Poder, pero Sauron secretamente creó el Anillo Único en el fuego del Monte del Destino. Este Anillo era la clave de su dominio, ya que contenía gran parte de su poder y le permitía controlar a los portadores de los otros anillos.

Cuando Sauron se puso el Anillo Único, los Elfos se dieron cuenta de su traición y ocultaron los Tres Anillos que habían hecho sin su ayuda. Furioso, Sauron lanzó una campaña para recuperarlos y subyugar a la Tierra Media, iniciando una guerra que duró siglos. Esta guerra culminó con la caída de Eregion y la captura y muerte de Celebrimbor.

A finales de la Segunda Edad, Sauron había establecido su dominio en Mordor, donde construyó la fortaleza de Barad-dûr. Sin embargo, su expansión fue detenida por la Última Alianza de Elfos y Hombres, liderada por el rey Elfo Gil-galad y el rey humano Elendil. En la gran batalla de Dagorlad, las fuerzas de la Alianza derrotaron a los ejércitos de Sauron y sitiaron Barad-dûr durante siete años. En la batalla final, Sauron salió a luchar personalmente, matando a Gil-galad y a Elendil. Sin embargo, Isildur, hijo de Elendil, usó la espada rota de su padre, Narsil, para cortar el Anillo Único de la mano de Sauron. Esto destruyó su forma física y dispersó su espíritu.

Aunque Sauron fue derrotado, no fue destruido por completo. Su espíritu permaneció en la Tierra Media, debilitado pero aún peligroso. Durante gran parte de la Tercera Edad, Sauron se ocultó y comenzó a reconstruir su poder lentamente. Alrededor del año 1000 T.E., estableció una fortaleza en Dol Guldur, en el Bosque Negro, donde fue conocido como el Nigromante. A través de los siglos, extendió su influencia y buscó recuperar el Anillo Único, que había sido perdido en el río Anduin cuando Isildur fue emboscado y asesinado por orcos.

Con la destrucción del Anillo Único, el poder de Sauron se desvaneció para siempre. Su espíritu quedó tan disminuido que ya no pudo manifestarse en la Tierra Media. Barad-dûr se derrumbó, y sus ejércitos, privados de su voluntad y liderazgo, fueron derrotados o dispersados. La caída de Sauron marcó el fin de la Tercera Edad y el comienzo de una nueva era de paz y prosperidad para los Pueblos Libres de la Tierra Media.

Sauron, el gran enemigo de la Tierra Media, finalmente fue vencido. Su legado de maldad y destrucción dejó cicatrices profundas y duraderas en la historia de Arda, pero su derrota permitió que la luz y la esperanza prevalecieran en el mundo finalmente.

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