Han pasado más de veinte años desde que se estrenó la última versión cinematográfica de las novelas de El Señor de los Anillos. Hoy en día, la trilogía original dirigida por Peter Jackson sigue siendo considerada una obra maestra del cine de fantasía. En su momento, no fue fácil crear una adaptación que satisfaciera a todos, ya que cualquier error significativo que no respetara los escritos de Tolkien habría sido visto como una falta de respeto.
Algo similar ocurrió con las películas de El Hobbit, que incluyeron mucho contenido adicional para expandir la historia a una trilogía, y lo mismo está ocurriendo con la serie reciente El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder (2022).
Es lógico que cualquier desviación de las decisiones de Tolkien en su propia historia sea mal vista por los seguidores del autor
Sin embargo, Jackson logró mantenerse fiel a las novelas de Tolkien, haciendo solo algunos cambios sutiles y comprensibles en una adaptación cinematográfica. Por ello, El Señor de los Anillos sigue considerándose una obra brillante que ha sentado precedentes para muchas otras películas del mismo género. No obstante, esta tarea no fue fácil para Jackson, quien, además de las exigencias de los fans, tuvo que enfrentarse a presiones internas del propio estudio cinematográfico.
Para realizar las películas de El Señor de los Anillos, Jackson tuvo que tomar decisiones sobre el contenido para encajar todas las piezas de la mejor manera posible. Esto resultó en la omisión de algunos personajes y escenas que estaban en los libros, pero no aparecieron en los films. Sin embargo, ninguna de estas omisiones fue lo suficientemente significativa como para alterar la narrativa principal y enfurecer a los seguidores de Tolkien.
Uno de los Hobbits debía morir
El conflicto surgió cuando el estudio presionó a Jackson para que matara a uno de los hobbits protagonistas, con el objetivo de añadir mayor emotividad a la trama. El universo de Tolkien había demostrado ser sangriento y hostil, por lo que la muerte de un personaje importante no parecería inverosímil. Boromir había sido asesinado por los Uruk-hai en La Comunidad del Anillo y Théoden moriría en la Batalla de los Campos de Pelennor en El Retorno del Rey, así que el estudio pensaba que los espectadores no notarían la pérdida de otro personaje querido.
Al inicio de las películas, los hobbits eran los únicos miembros de la Compañía del Anillo que no estaban preparados para enfrentar los peligros de la Tierra Media. Con esta premisa, se consideró que la muerte de uno de ellos encajaría bien en la narrativa.
Sin embargo, Jackson, siendo un gran admirador de la obra de Tolkien, se negó rotundamente. Nunca se sabrá cuál de los cuatro hobbits habría sido el elegido, pero Dominic Monaghan (Merry) expresó su opinión en una entrevista con IGN. El actor declaró:
«Fue una buena decisión que no sucediera porque habría sido yo. No había opción de que mataran a Frodo o a Sam, y los únicos que quedarían serían Merry y Pippin. Tampoco habrían matado a Pippin porque tiene una historia muy fuerte con Gandalf, definitivamente habría sido yo«.
Es probable que la decisión final recayera en Jackson, quien participará en la nueva película de la franquicia. Solo él puede resolver la incógnita, pero es seguro que no matar a ningún miembro más de la Comunidad del Anillo fue la decisión correcta. Sin duda, la fidelidad a la historia original es uno de los puntos fuertes de la trilogía de El Señor de los Anillos, y cualquier cambio significativo solo habría perjudicado a lo que hoy es considerada una de las mejores trilogías de la historia del cine.