La cuarta edad del Sol – Capítulo Cuarto: De los reinos y regiones de los hombres del Este y del Sur es una obra redactada por el historiador Javier Cano Galindo. Este texto se publica de manera seriada en formato digital en La Gloria de Gondor, con una entrega por capítulo de periodicidad semanal, hasta la conclusión total de la obra.
ÍNDICE
- CAPÍTULO PRIMERO: De los reinos y dominios de los hombres y los enanos
- CAPÍTULO SEGUNDO: De los reinos y dominios de los elfos silvanos y avari
- CAPÍTULO TERCERO: De los reinos y territorios de los orcos y otras criaturas
- CAPÍTULO CUARTO: De los reinos y regiones de los hombres del Este y del Sur
- CAPÍTULO QUINTO: De Vardamir el Piadoso y el culto del Árbol Oscuro
- CAPÍTULO SEXTO: De la Usurpación de Eldacar y el comienzo de la Gran Guerra
- CAPÍTULO SÉPTIMO: De la Guerra del Ocaso
- CAPÍTULO OCTAVO: De la Edad de Hielo y el Diluvio Universal
CAPÍTULO CUARTO
De los reinos y regiones de los hombres del Este y del Sur
Dirigiéndonos ahora al este, los orientales que se encontraban organizados en varios reinos beligerantes contra los reinos occidentales, habían sido unificados en un gran imperio, conocido como el Imperio de Rhûn, bajo la dinastía de los Emperadores Dragón. Este hecho se debió a la influencia de Alatar, quien estuvo moviendo hilos y creando cultos oscuros por todo el territorio, aprovechando el vacío de poder que dejó Sauron.
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Tras las batallas sufridas contra el Reino Unificado y Rohan durante los reinados de Elessar y Éomer, una larga paz con Occidente fue aprovechada para, tras una cadena de guerras internas, producirse la unificación de todo el territorio en un vasto imperio oriental, administrado territorialmente en varias satrapías de enorme extensión. Desde el Mar de Rhûn y hasta las Montañas Orocarni de este a oeste; por el norte habían anexionado territorios cercanos a las Colinas de Hierro acercándose a Forodwaith y, por el sur, todo el territorio de Khand, más allá de Mordor y Nurn. Este gran imperio era manejado a sus anchas por Alatar de forma similar a como lo hacía Sauron antaño con los reinos y territorios que lo precedieron, solo que a través del Emperador Dragón y su dinastía, quienes le rendían culto como si de una deidad se tratara. De este modo el Mago Azul, asentado en la gran capital Karakorum, emulaba a Sauron y a Saruman, el antiguo líder de su orden, ahora que no estaban y que Gandalf se había ido hacía ya más de dos siglos.
Harad por su parte, era un subcontinente enorme, similar a África, en la que se acabaría convirtiendo siglos después, donde habitaban muy numerosos reinos, tribus y pueblos nómadas, algunos muy primitivos. Compuesto por grandes desiertos, frondosas junglas y extensas sabanas. Todos estos reinos y territorios mantenían rutas comerciales, guerras y todo tipo de conflictos ajenos a lo que ocurría en el noroeste de la Tierra Media.
En Harad también habitarían orcos y trolls adaptados a sus climas y ecosistemas, como animales completamente salvajes y menos organizados que sus parientes lejanos de las Montañas en el noroeste de la Tierra Media.
Ahora que había desaparecido la influencia de Sauron, en la gran región que ocupaba el Cercano Harad y más allá, se erigió un gran reino bajo los sultanes de Abrakhân, quienes se enriquecían con el comercio de esclavos y saboteaban las rutas comerciales de Gondor hacía el sur.
Umbar había quedado subyugada al Reino Unificado con el reinado de Elessar, sin embargo, algunos numenóreanos negros aun la habitaban y era un territorio de difícil gobierno que jugará un papel muy importante a futuro, especialmente gracias al culto del Árbol Oscuro. No obstante, muchos numenóreanos negros habitaban en puertos, fortalezas y ciudades por toda la costa de Haradwaith, como venían haciendo desde la Segunda Edad, fuera del control del Reino Unificado.
El continente conocido como las Tierras Oscuras, ubicado al sureste de Harad ahora se encontraba poblado en sus costas por colonias y puertos comerciales establecidos mayoritariamente por marineros y expediciones del Reino Unificado, aunque también por pueblos nativos de Harad que habían aprendido mucho sobre navegación. Por su parte, el Imperio de Rhûn había comenzado a tener intereses en estas tierras y empezó a fundar sus propias colonias en la parte más septentrional y en la costa este del continente, además de por motivos comerciales, para poder controlar las costas orientales de la Tierra Media, especialmente de Hildorien.
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De este modo, hacia el 220 CE nos encontramos frente a un mundo muy cambiado respecto a edades anteriores, prácticamente dominado por hombres, sin altos elfos ni apenas magia. Con algunas tribus y reinos de elfos y enanos minoritarios, con orcos, trolls, etc., desorganizados. Ya no existía esa nítida división entre el bien y el mal, sino que cada reino velaba por sus propios intereses y se primaba ante todo el poder y la ambición.
En el caso de los magos azules, Alatar buscaba el dominio y el orden tal y como hizo antaño Saruman, aunque no entró en contacto con Angmar, ni mucho menos con Barad Heleg al llevar cada uno sus propios intereses, pues no había un mal unificado. Mientas que Pallando solamente buscaba la defensa de las ciudades de los Kinn-lai contra el expansionismo de Rhûn y no una lucha clara contra el mal como había hecho Gandalf.
En el corazón de reinos como Gondor surgían cultos malignos, intrigas palaciegas y luchas de poder. Los elfos de Eryn Lasgalen eran orgullosos y ajenos al mundo, al contrario que los noldor y sindar, tan majestuosos y siempre comprometidos por luchar contra el mal. Mientras que los reinos enanos cada vez cavaban con mayor ambición y se inmiscuían menos fuera de sus montañas con los hombres y solamente con intereses comerciales.
En conclusión, será una época de esplendor, expansionismo de algunas potencias y de reclusión de razas cada vez más minoritarias, aunque aún de peso en el mundo.
En el próximo capítulo comenzaremos a ver el avance de la historia de la CAPÍTULO QUINTO: De Vardamir el Piadoso y el culto del Árbol Oscuro a través del reinado de Vardamir, quien llevó al Reino Unificado a su máximo esplendor, así como su lucha contra “La Nueva Sombra”.