La cuarta edad del Sol – Capítulo Segundo: De los reinos y dominios de los elfos silvanos y avari es una obra redactada por el historiador Javier Cano Galindo. Este texto se publica de manera seriada en formato digital en La Gloria de Gondor, con una entrega por capítulo de periodicidad semanal, hasta la conclusión total de la obra.
ÍNDICE
- CAPÍTULO PRIMERO: De los reinos y dominios de los hombres y los enanos
- CAPÍTULO SEGUNDO: De los reinos y dominios de los elfos silvanos y avari
- CAPÍTULO TERCERO: De los reinos y territorios de los orcos y otras criaturas
- CAPÍTULO CUARTO: De los reinos y regiones de los hombres del Este y del Sur
- CAPÍTULO QUINTO: De Vardamir el Piadoso y el culto del Árbol Oscuro
- CAPÍTULO SEXTO: De la Usurpación de Eldacar y el comienzo de la Gran Guerra
- CAPÍTULO SÉPTIMO: De la Guerra del Ocaso
- CAPÍTULO OCTAVO: De la Edad de Hielo y el Diluvio Universal
CAPÍTULO SEGUNDO
De los reinos y dominios de los elfos silvanos y avari
La situación de los elfos había cambiado mucho respecto a inicios de la nueva era. El último barco de Mithlond partió con Cirdar, Celeborn, Elladan, Elrohir y los últimos noldor y sindar de la Tierra Media en torno al 112 CE, pocos años antes del fallecimiento de Aragorn y Arwen. De ahí que Arwen afirmara que Lindon y Rivendell ya se encontraban vacíos a la muerte de su esposo.
Lothlorien también estaba despoblado, al haber migrado sus elfos nandor y silvanos al sur del Bosque Verde, a la región de Amon Lanc, conocida ahora como Lorien Oriental. Tras la partida de Celeborn, estos elfos pasaron a integrar el reino de Thranduil (uno de los últimos sindar que quedaron en la Tierra Media). El antaño llamado Bosque Negro sería conocido ahora como Eryn Lasgalen, el Bosque de las Hojas Verdes, donde también habitaban hombres del Valle del Anduin y donde seguía viviendo Radagast el Pardo, pues al igual que los Magos Azules, al haber abandonado su misión no se le permitió regresar a Valinor.
Los elfos de Eryn Lasgalen mantenían estrechos lazos comerciales con Valle y Dorwinion y, aunque recelosos, también con Erebor y su ahora basto reino, beneficiándose mutuamente por el comercio.
Ithilien, el Principado fundado por Legolas continuaba existiendo con gran prosperidad. Integrado territorialmente en los dominios de los Senescales de Gondor desde Emyn Arner, ahora al frente de Barahir, nieto de Faramir y Eowyn. Pero formalmente formando parte del Reino de Eryn Lasgalen, designando Thranduil a un gobernador para su liderazgo, de entre sus parientes más cercanos.
Como podemos observar, los noldor y sindar hacía ya un siglo que habían partido a Valinor, mientras que la gran mayoría de elfos silvanos no habían sentido o habían rechazado la llamada del Mar. Siendo la gran excepción Thranduil y quizá algunos de sus parientes cercanos. Todos estos elfos estarían condenados al desvanecimiento de sus cuerpos con el paso de los siglos.
No obstante, los silvanos no fueron los únicos elfos que quedaban en las tierras mortales, ni siquiera eran el grupo mayoritario. Estos eran los avari, quienes se habían expandido por todo el mundo conocido, especialmente en el Este y en el Sur. Se dice que ningún avari vivía al oeste de las Montañas Nubladas ya en la Tercera Edad.
Los 6 clanes que existían a finales de la Tercera Edad (7 si contamos a los antiguos Hisildi) seguían permaneciendo durante la Cuarta Edad y su distribución sería la siguiente:
- Hwenti: Habitaban principalmente Dorwinion y, en menor medida, algunos clanes residuales en las estepas de Rhûn occidental.
- Kindi: Ubicados en los bosques Rhûn central y oriental, la mayoría en los bosques a los pies de las Montañas Orocarni.
- Cuind: En el noreste de Rhûn, en regiones de tundra y montañas colindantes con la parte más oriental de Forodwaith. Se los conocía como los elfos de las nieves, conocedores poderosas magias ancestrales.
- Windan: Habitaban las llanuras más allá de Khand y los valles fluviales que discurrían hasta el Mar Interior, entre Harad y las Tierras Oscuras.
- Penni: Antaño habían poblado los valles del Anduin, mezclándose con los nandor, pero algunos de ellos habían migrado al norte de Harad siglos atrás. Estos fueron los que mantenían su pureza de sangre y no llegaron a convivir con los nandor y silvanos. Estaban muy bien adaptados a la vida del desierto y permanecían ocultos a los ojos de las caravanas que atravesaban sus dominios.
- Hisildi: Migraron desde Cuivienen eras atrás hasta alcanzar las junglas del Lejano Harad, construyendo sus hogares en piedra en el interior de las junglas, con templos escalonados dedicados a Airen la maia del Sol y a Tilion el maia de la Luna (similar a las construcciones de la Civilización Maya).
- Kinn-lai: En el Extremo Oriente, más allá de los reinos de los hombres de ojos rasgados, en la antigua región de Hildorien.
De todos ellos los Kinn-lai eran los más poderosos y tenían una sociedad más compleja y urbanizada con ciudades de construcciones similares a los de la Antigua China en nuestra historia. Ubicándose en el extremo oriental del continente, mucho más allá de Rhûn y las Orocarni, en lo que sería la antigua Hildorien y cerca de las costas del Mar Oriental. Estos habían sido muy beligerantes contra las fuerzas de Rhûn que luchaban a favor de Sauron durante la Tercera Edad. Los demás clanes o tribus avari habitaban en los bosques y montañas, con sociedades más rurales y en comunión con la naturaleza, muy apartados del mundo de los hombres.
Sería con los Kinn-lai con quienes Pallando el Azul tenía una mayor relación desde hacía milenios y donde más profundo había calado el mensaje de la lucha contra Sauron en el Este. En estos primeros siglos de la Cuarta Edad, Pallando había empezado a vivir de forma itinerante en sus ciudades y pueblos, temiendo y advirtiendo de una nueva sombra en el Este. Esta nueva amenaza era impulsada por su antiguo compañero y amigo Alatar el Azul, quien, al igual que había pasado con su líder Saruman antaño, había comenzado a desear un mayor poder y dominio sobre el mundo. Ahora que no había grandes maiar, ni altos elfos y que las tierras mortales eran cada vez más mundanas y la magia y los demás elfos cada vez más residuales.
En la próxima entrega de LA CUARTA EDAD DEL SOL – CAPÍTULO TERCERO: De los reinos y territorios de los orcos y otras criaturas continuaremos profundizando en el estudio de las distintas razas y sus reinos, centrándonos la situación de los orcos y otras de sus subespecies