12 de marzo de 2025

LA CUARTA EDAD DEL SOL – CAPÍTULO PRIMERO | De los reinos y dominios de los hombres y los enanos

Territorios y reinos distribuidos según el libro de La Cuarta Edad del Sol

La cuarta edad del Sol – Capítulo primero: De los reinos y dominios de los hombres y los enanos es una obra redactada por el historiador Javier Cano Galindo. Este texto se publica de manera seriada en formato digital en La Gloria de Gondor, con una entrega por capítulo de periodicidad semanal, hasta la conclusión total de la obra.

ÍNDICE

  • CAPÍTULO PRIMERO: De los reinos y dominios de los hombres y los enanos
  • CAPÍTULO SEGUNDO: De los reinos y dominios de los elfos silvanos y avari
  • CAPÍTULO TERCERO: De los reinos y territorios de los orcos y otras criaturas
  • CAPÍTULO CUARTO: De los reinos y regiones de los hombres del Este y del Sur
  • CAPÍTULO QUINTO: De Vardamir el Piadoso y el culto del Árbol Oscuro
  • CAPÍTULO SEXTO: De la Usurpación de Eldacar y el comienzo de la Gran Guerra
  • CAPÍTULO SÉPTIMO: De la Guerra del Ocaso
  • CAPÍTULO OCTAVO: De la Edad de Hielo y el Diluvio Universal

INTRODUCCIÓN

Lo que en esta historia de expansión de la Cuarta Edad de la Tierra Media se relata, trata de ser lo más respetuosa y cercana posible al canon de Tolkien. Para ello, he tomado los elementos, personajes y reinos ya existentes que dejó el autor hacia el año 220 de dicha Edad, siendo este el año último año que apareció en la larga historia de Arda, quedando el resto a la imaginación de los lectores y seguidores de tan rico universo.

Personajes como los Magos Azules, la dinastía Telcontari del Reino Unificado, los reinos que aquí se relatan, e incluso la posibilidad de que hubiera otros personajes o razas que no se mencionan explícitamente, pero que cabe la posibilidad que aun existieran en la Cuarta Edad, como que aún hubiera algún Balrog escondido. También utilizo otros elementos originales, como la restauración del Reino de Angmar a manos de numenóreanos negros al mando de Agandaûr, un personaje muy querido de los videojuegos.

Anillo Único – Anillo de Acero inoxidable de color dorado con diseño élfico para hombre

Además, cabe mencionar la utilización de nombres e ideas sacadas de “Middle-earth Strategy Battle Game” de Warhammer Fantasy de la compañía Games Workshop, marca oficial que reprodujo figuras de las películas de Peter Jackson, como es el caso de la ciudad de Abrakhân en Harad o el Emperador Dragón de Rhûn.

Dicho esto, esta historia cuenta lo que pudo haber ocurrido en la Cuarta Edad hasta su final y, mucho más brevemente los acontecimientos del mundo hasta nuestros días. Pues como afirmó J.R.R. Tolkien, el mundo de Arda sería nuestro mundo solo que miles de años atrás. En una aclaración cronológica, desde la Caída de Sauron al final de la Tercera Edad y hasta el pasado siglo XX, pasarían unos 6000 años, transcurridos desde la Cuarta hasta la Séptima Edad en la actualidad. Para el propio autor la Séptima Edad comenzaría con el nacimiento de Cristo y, en base a estos datos, traté de ajustar el resto de edades, terminando la Cuarta Edad en poco más de 600 años, con una duración un poco mayor a la Primera y conectando con varios hechos históricos y mitológicos para ponerle final y conectarlos a nuestra historia. Dando comienzo ya una Quinta Edad con la distribución actual de continentes y el nacimiento de la escritura y la civilización sumeria, la primera civilización.

CAPÍTULO PRIMERO

De los reinos y dominios de los hombres y los enanos

Nos situamos en torno al año 220 de la Cuarta Edad, en los últimos años del reinado de Eldarion en el Reino Unificado de Gondor y Arnor. Ya habían pasado 100 años desde la muerte del rey Elessar y de la partida de Gimli y Legolas a Valinor, y con ellos el fin de la Comunidad del Anillo, así como la muerte de Arwen en Cerin Amroth un año después.

En estos momentos las tierras mortales se habían convertido en mucho más mundanas. La magia era algo residual, ya no había un gran mal que combatir o eso parecía. El mundo se encontraba dominado por la raza de los hombres, donde primaba la búsqueda de poder ante todo lo demás. Además, los hechos de la Guerra del Anillo eran poco más que cuentos vagamente escuchados de menor importancia, solo de cierta relevancia para los pocos que lo habían llegado a vivir en su infancia.

En el corazón de Gondor se estaba gestando un culto oscuro tal y como se relata en la Nueva Sombra, cuyo líder Herumor, operaba desde las sombras entre Pelargir y Osgiliath. Este culto era conocido como el “Árbol Oscuro”, pues hacía referencia a que las raíces del mal implantadas por Melkor nunca podían ser destruidas. Se encontraba formado por aquellos que actuaban en contra y a las espaldas de Eldarion, habiendo miembros del mismo incluso en la corte de Minas Tirith.

No ocurría lo mismo en la parte septentrional del reino, en Arnor, allí, alejados de los acontecimientos de la gran guerra que puso fin a la Tercera Edad y donde la sangre dúnedain estaba menos mezclada, sus gentes vivían ajenas a las grandes intrigas palaciegas, en una región más rural y bastante menos poblada que el sur, siendo Annúminas y Fornost ciudades residencia de verano de los reyes. Dentro de este reino, La Comarca seguía disfrutando de su situación de protección y privilegiada frente al mundo de los hombres, habiendo crecido en población en estos años de paz y prosperidad.

Annúminas reconstruida a orillas del Lago Nenuial y las Colinas de Evendim.

Otros reinos y territorios de los hombres del noroeste de la Tierra Media de suma importancia serían los siguientes:

Rohan, siendo el principal aliado del Reino Unificado, gobernado por los herederos de Éomer. Habían participado en múltiples campañas junto a los dúnedain contra sus enemigos del Este y del Sur. En estos años mantenían conflictos menores de frontera contra los dunlendinos, pero nada de mayor importancia.

El Reino de Valle cuyas principales ciudades eran la capital, Valle y la Ciudad del Lago, Esgaroth. Gracias al floreciente comercio del norte, habían expandido sus dominios en múltiples ciudades y puertos fluviales comerciales a lo largo del río Celdiun y hasta la desembocadura del río Carnen, donde hacían frontera con Dorwinion.

El país de Dorwinion no era un reino como tal, sino un conjunto de ciudades estado con sus propios dominios, habitadas tanto por humanos como por elfos avari de la tribu de los Hwenti. Todo el territorio estaba al mando de un Consejo regional dirigido por un Regente, mientras que los Hwenti que vivían en los bosques y llanuras fuera de las ciudades. Se regían por sus propios líderes en una organización tribal más pronunciada, aunque en estrecha relación con los humanos en lo tocante al comercio y la defensa mutua. Dorwinion fue sin duda uno de los países más armoniosos y pacíficos de toda la Tierra Media, donde se crearon los lazos más fuertes entre elfos y hombres, llegando en algunas poblaciones y aldeas a convivir ambas razas

Elfos avari hwenti tras una jornada de trabajo en los viñedos en Dorwinion.

Los hombres del Valle del Anduin habitaban desde Framsburg en el norte, ahora bastante guarnecida frente a las amenazas de Angmar y las tribus de orcos y trasgos de las montañas, hasta el sur del Gran Bosque Verde y más allá. No existía aquí un reino unificado, sino pequeñas ciudades y poblados independientes dedicados a la caza y el comercio, más aislados del resto de reinos occidentales y habitadas también por cambiapieles. Sus únicos aliados de importancia serían Radagast y el Reino élfico de Eryn Lasgalen.

Dunland seguía siendo una tierra independiente habitada por hombres del norte que, aunque ajenos a las campañas del Reino Unificado y Rohan, sí que eran recelosos de los mismos, especialmente de los últimos, por sus conflictos en el pasado, manteniendo una relación tensa con Rohan. Mientras que la mitad occidental del país formaba parte de Gondor, no habitaba allí ningún ciudadano de dicho reino.

Mordor y Nurn se encontraban habitados ahora por los humanos esclavos que cultivaban las fértiles tierras aledañas al Mar de Nurn, que habían sido explotados por Sauron. Libres de su yugo, el rey Elessar les había entregado todo el territorio para vivir en paz bajo su protección, aunque como un territorio independiente.

Los Lossoth eran un pueblo similar a los esquimales que habitaban a lo largo de la Bahía de Hielo de Forochel, dedicados a la caza, especialmente marina, también se adentraban a los bosques de tundra del interior en las regiones al suroeste de Forodwaith, viviendo bastante aislados del mundo. Los clanes más norteños llevaban siglos temiendo un antiguo mal que provenía de más aún al norte

En cuanto a los enanos se organizaban en varios reinos y territorios, de manera similar a como habían comenzado la Cuarta Edad:

En primer lugar, el Clan de Durin seguía poblando la majestuosa Erebor, incluyendo dentro de su dominio las Colinas de Hierro y una pequeña porción de las Montañas Grises donde habían conseguido expulsar a algunos dragones menores. Reinaba Durin VII desde hacía pocas décadas, pues su padre Thorin III había sido muy longevo, alcanzando los 346 años de edad, cediendo el trono a su hijo poco antes de su muerte en el 191 CE. En los años más recientes, el rey Durin había iniciado varias exploraciones a Moria para saber que criaturas aún habitaban allí, con la intención de lanzar una gran campaña para restablecer la antigua gran morada de su pueblo.

Las Cavernas Centelleantes, conocidas como Aglarond, siguieron siendo una próspera colonia enana dependiente del Clan de Durin que, tras la partida de Gimli, contaron con un nuevo señor bajo las órdenes de Thorin III y después de Durin VII.

La ciudad enana de Aglarond.

El Pueblo de Durin mantenía buenas relaciones con el Reino Unificado, el Reino de Eryn Lasgalen, el Reino de Valle y Dorwinion, siendo un pilar para el comercio entre el este y el oeste.

En las Ered Luin habitaban los clanes de los Barbas de Fuego y los Nalgudos, quienes habían alcanzado una época de esplendor en cuanto a comercio y minería gracias en gran medida a la paz de los últimos siglos y sobre todo a la restauración del Reino de Arnor en el norte, reactivando el comercio hacia el sur y hacia el este.

Una de las mansiones enanas en las Ered Luin.

Las otras 4 casas de los enanos se encontraban repartidas en el lejano Este, en las Montañas Orocarni y en el subcontinente del Sur, Harad.

En la próxima entrega de LA CUARTA EDAD DEL SOL – CAPÍTULO SEGUNDO | De los reinos y dominios de los elfos silvanos y avari continuaremos profundizando en el estudio de las distintas razas y sus reinos, centrándonos en aquellos elfos que, habiendo rechazado el llamado de los Valar a Aman, aún habitan en las tierras mortales.

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