LA CUARTA EDAD DEL SOL – CAPÍTULO SEXTO | De la Usurpación de Eldacar y el comienzo de la Gran Guerra
La cuarta edad del Sol – Capítulo Sexto: De la Usurpación de Eldacar y el comienzo de la Gran Guerra es una obra redactada por el historiador Javier Cano Galindo. Este texto se publica de manera seriada en formato digital en La Gloria de Gondor, con una entrega por capítulo de periodicidad semanal, hasta la conclusión total de la obra.
ÍNDICE
- CAPÍTULO PRIMERO: De los reinos y dominios de los hombres y los enanos
- CAPÍTULO SEGUNDO: De los reinos y dominios de los elfos silvanos y avari
- CAPÍTULO TERCERO: De los reinos y territorios de los orcos y otras criaturas
- CAPÍTULO CUARTO: De los reinos y regiones de los hombres del Este y del Sur
- CAPÍTULO QUINTO: De Vardamir el Piadoso y el culto del Árbol Oscuro
- CAPÍTULO SEXTO: De la Usurpación de Eldacar y el comienzo de la Gran Guerra
- CAPÍTULO SÉPTIMO: De la Guerra del Ocaso
- CAPÍTULO OCTAVO: De la Edad de Hielo y el Diluvio Universal
CAPÍTULO SEXTO
De la Usurpación de Eldacar y el comienzo de la Gran Guerra
La Usurpación de Eldacar
Eldacar comienza su reinado de forma implacable, gobernando con puño de hierro y ejecutando a los detractores de su usurpación al trono. También, arremetiendo con fuerza y quitando mucho poder al culto religioso instaurado por su bisabuelo, pues tenían un enorme control e influencia en la corte real.
Será en estos primeros años del siglo V de la Cuarta Edad que la situación de La Comarca empezó a empeorar. Hasta entonces habían estado al amparo de las leyes que dictó el Rey Elessar, prohibiendo la entrada de todos aquellos que no fueran hobbits, sin embargo, Eldacar derogó esa legislación, para poder aprovecharse de los terrenos tan fértiles que allí había y poder explotarlos a su gusto a través de colonos y oficiales reales. Con la entrada de las “gentes grandes” a La Comarca, se cometieron todo tipo de abusos, discriminación y usurpaciones de bienes.
En estos primeros años de su reinado un fenómeno que venía ocurriendo desde las últimas décadas de su abuelo Valandil, se intensificó. Migraciones masivas de clanes del norte pertenecientes a la raza de los lossoth entraban en Arnor, los más septentrionales huyendo de los peligros del lejano norte. Hablaban de muertos vivientes que asaltaban sus poblados, lo que no era tomado en cuenta por las gentes de Eriador. Sí era evidente el cambio climático que se empezaba a vivir ya en Eriador y buena parte de Rhovanion. Cada vez los inviernos eran más largos y los veranos más cortos y suaves, y este fue el gran detonante de las grandes migraciones de lossoth hacia Arnor y de otras tribus de otras partes de Forodwaith, incluso en el Este, entrando por las fronteras del Imperio de Rhûn, donde eran cazados y retenidos, produciéndose conflictos al considerarlos invasores.

Eldacar vio la situación como algo provechoso, considerando beneficiosa la entrada de estas gentes, al ser vistos como salvajes del norte. Serían utilizados como colonos en servidumbre para explotar las tierras en Arnor y, muchos otros, fueron movilizados a distintas zonas de Gondor y Rhovanion para repoblar y trabajar la tierra bajo los señores del Reino Unificado en las distintas provincias que gobernaban.
Este cambio climático no era algo natural, sino que fue impulsado desde Barad Heleg. Se dejó sentir profundamente en el corazón de Angmar. Allí, Agandaûr, junto con su lugarteniente, antaño conocido como la Boca de Sauron, habían acumulado mucho poder, logrando el control de todas la guaridas y ciudades subterráneas de trasgos y orcos hasta el Paso Alto, planeaban asestar un fuerte golpe sobre Eriador y expandirse hasta la desembocadura del río Gwathló y la ciudad portuaria de Lond Daer.

De este modo, comenzaría a haber mucho movimiento de tropas y algunas incursiones dentro del territorio de Arnor. Todo esto fue posible al haberse mantenido al margen de los eventos de la Tierra Media, multiplicando sus orcos y trolls y contando con una poderosa fuerza de hombres del norte y numenoreanos negros. El cada vez mayor frío del norte fue el principal detonante para acelerar sus planes.
Estalla la Gran Guerra
En primavera del año 420 CE, Eldacar envía a su principal general en Arnor, Ingold, junto con uno de sus hijos gemelos y herederos, Telperion, a asaltar las Landas de Etten, bajo el control de Angmar, en respuesta a los ataques e incursiones realizadas por este reino sobre el norte de Arnor aprovechando la crudeza del invierno.
Este primer ataque surte gran éxito al forzar la retirada de una gran legión capitaneada por numenóreanos negros. No obstante, este movimiento formó parte de la estrategia de Agandaûr quien, gracias a la Piedra de Ithil, la palantir de Barad Dûr rescatada por la Boca de Sauron, tenía una gran ventaja, ya que la Piedra de Orthanc nunca fue usada ya en estos siglos por desconocimiento. El grueso del ejército en su arrogancia, cayó en una emboscada en los valles de Etten, siendo presas fáciles para un inmenso contingente de trolls de las colinas y de las nieves, además de orcos, trasgos, uruks y clanes de hombres montañeses. En su retirada fueron sorprendidos por el ejército de hombres y orcos de Angmar, capitaneado por numenóreanos negros, logrando escapar a duras penas el joven príncipe con su guardia de élite personal, los pertrechados Caballeros de Annúminas, y pereciendo el orgulloso general del norte.

Telperion, con apenas 20 años de edad, aprendería una gran lección y llegaría a ser un gran estratega y elemento clave en las batallas del norte, poniéndose a partir de entonces al frente de los ejércitos de Arnor.
Su padre Eldacar y su hermano Nostarion se encontraban muy al sur, envueltos en cruentos enfrentamientos al sur de Harondor contra los haradrim y el Reino de Umbar, con la intención de recuperar territorios perdidos en el reinado anterior, fruto de su política expansionista.
Ante tal situación Alatar, enterado de todo por su vasta red de espías, ordena al Emperador Dragón la movilización de sus ejércitos para aprovechar esta división de fuerzas en el Reino Unificado y poder hacerse con el control de Rhovanion, teniendo como objetivo final la desintegración del poderío de Occidente y la dominación total. De este modo, en el 421 CE, empieza una gran invasión sobre Dorwinion que cae en pocas semanas, apresando a su Consejo y ejecutando al Regente. Poco tiempo después, el Reino de Valle cayó ante los inmensos ejércitos del Este, que superaban las 400 mil unidades en su totalidad, siendo el ejército más numeroso desde la Última Alianza, seguido de cerca por el Reino Unificado.
De igual modo cayeron las Colinas de Hierro, huyendo muchos enanos a Erebor, una fortaleza inexpugnable. Allí muchos humanos de Valle y Esgaroth tomaron refugio, mientras que el rey de Valle y algunos de sus súbditos fueron acogidos por Thranduil. El rey elfo, con el enemigo a las puertas convocó una cumbre con el Rey de Khazad Dûm, Radagast, las principales ciudades del Valle del Anduin y representantes del Reino Unificado, contando con el capitán general de Rhovanion. Allí se decidiría la estrategia a seguir y la mejor forma de colaboración.
El principal objetivo sería el levantamiento del sitio de Erebor, pero primero rompiendo las líneas enemigas en las fronteras del Gran Bosque Verde. Por su parte, Eldacar envió a Nostarion junto con el capitán general de Rhovanion para lanzar un gran ataque desde el sur, al frente de 100 mil soldados.

La situación en el norte de Eriador no era mucho mejor, los ejércitos de Angmar habían conseguido invadir exitosamente las Quebradas del Norte, tomando Fornost y sitiando Amon Sûl, a la par que los elfos de Eregion sufrían ataques desde las Montañas Nubladas por órdenes de Agandaûr.
En el siguiente capítulo veremos el desarrollo y desenlace de la que sería conocida como la Guerra del Ocaso, la gran guerra de la Cuarta Edad.