Todos recordamos la obra cinematográfica de singular importancia de 2019, llamada Tolkien. Una película que trascendió fronteras y cautivó audiencias globales. Nos referimos al filme biográfico sobre uno de los más célebres escritores de la literatura fantástica: John Ronald Reuel Tolkien, cuya fe católica permeó profundamente su vida y obra. La vida del creador de El Señor de los Anillos ha sido llevada a la pantalla grande con el actor Nicholas Hoult interpretando al genio literario en el biopic Tolkien.
En este contexto, es crucial recordar que el arquitecto de la Tierra Media y los ricos lenguajes que la habitan derivó su inspiración de su arraigada fe católica. Más allá de ser un mero aspecto incidental en su vida, esta creencia religiosa resultó ser un factor determinante en su desarrollo. La influencia católica se inició en su hogar familiar, donde su madre, Mabel, quien se había convertido al catolicismo cuando Tolkien tenía apenas 8 años, transmitió esta fe a sus hijos. Este cambio en la vida de su madre, sin embargo, conllevó el rechazo de su propia familia protestante y el regreso de Mabel a Inglaterra con sus dos hijos, luego del fallecimiento del padre de John, Arthur, cuando él tenía solo 4 años.
Se trata de una película que pueden poner en clase los profesores de inglés y los de literatura a partir de los 14 o 15 años. Para los adolescentes y jóvenes puede ser educativo e inspirador y para los adultos, oxigenante
La figura paterna perdida en Sudáfrica fue, de alguna manera, recuperada en la forma de un sacerdote, el anglo-español Francis Xavier Morgan. Morgan se convirtió en el guardián de la educación católica de John y su hermana Hillary, siguiendo los deseos de su madre. Tras el fallecimiento de Mabel en 1904, Morgan asumió plenamente esta responsabilidad.
Inicialmente, el sacerdote envió a los niños, entonces de 12 y 10 años, a vivir con su tía Beatrice. Sin embargo, más tarde, revocó esta decisión y alquiló habitaciones cerca de la iglesia del Oratorio, donde los niños habían sido educados en su fe católica tras su retorno a Inglaterra.
Otro aspecto clave de la relación de Tolkien con el catolicismo fue su romance con Edith, que comenzó en tiempos de incertidumbre religiosa. Edith, siendo anglicana, no mostraba inicialmente signos de querer convertirse al catolicismo. Tolkien intentó convertirla, sin éxito, pero debido a las circunstancias legales y económicas, su relación debió permanecer en pausa hasta que Tolkien, legalmente dependiente del Padre Francis, alcanzara la edad de 21 años. Después de reunirse, Edith finalmente se convirtió al catolicismo, aunque esto conllevó el rechazo de su familia.
Además, un punto de inflexión en la relación de Tolkien con su fe fue su participación en los Inklings, un grupo de amigos que incluía a Clive Staples Lewis, con quien compartía profundas discusiones sobre la fe, así como experiencias y entretenimiento.
En una carta escrita el 2 de diciembre de 1953 para su amigo jesuita Robert Murray, Tolkien le dijo que “el Señor de los Anillos es, por supuesto, una obra fundamentalmente religiosa y católica; de manera inconsciente al principio, pero luego cobré conciencia de ello en la revisión”
Esta película es un deleite para aquellos que disfrutan de las obras de Jane Austen y las historias de amor en entornos refinados. También ha resultado muy atractiva a los amantes de los colegios ingleses y los seguidores de Torres de Malory. En la película de Tolkien, no se encuentran escenas explícitas ni vulgaridades; en su lugar, los enamorados se escabullen a la ópera en secreto, explorando su conexión en la naturaleza y el arte.
Este enfoque es refrescante y valioso en una época dominada por series como «Juego de Tronos», «Sex Education», «Élite» y «After». Mientras muchos adolescentes están inmersos en esta cultura de la sexualidad exhibicionista y cuestionan la viabilidad del amor fiel, esta película nos muestra la determinación con la que Tolkien esperó hasta los 21 años para reavivar su relación con Edith, el amor de su vida.
El simple roce de la mano de Edith sobre la de Tolkien evoca emociones mucho más profundas que cualquier escena de pasión forzada en «Sex Education»
En una entrevista con el diario protestante Christian Post, el director reconoció que El Señor de los Anillos tiene una profunda influencia católica, señalando que algunos espectadores desean más referencias religiosas mientras que otros prefieren menos. Según el director finlandés, la representación de la religión en la película es un desafío debido a su naturaleza eterna. «Hay una escena breve pero poderosa con una figura en una cruz. Muchas personas pueden pasar por alto estos símbolos debido a su atemporalidad», explicó.
La escena de la cruz ocurre durante un intenso asalto y bombardeo en las trincheras de la guerra. No se trata simplemente de una cruz colocada al azar; es la representación de Cristo crucificado en el campo de batalla, donde los hombres se enfrentan a la muerte. ¿Es una ilusión, como los dragones y los jinetes negros? No, es algo diferente, tiene un impacto único. Es Cristo crucificado, unido a la humanidad que sufre. Este tipo de representación no se ve con frecuencia en las películas modernas.